Una vez escuché a Jorge Valdano decir algo así como que "el fútbol es un estado de ánimo". Yo creo que todo lo que tiene ver con la economía y la gestión empresarial tiene también mucho de Estado de Ánimo...

lunes, 31 de agosto de 2009

¿El huevo o la gallina?

A continuación os resumo un artículo del ex Presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan publicado recientemente en el Financial Times.

En el mismo el autor describe cómo manipulando los mercados y generando una ilusión de esperanza, al final, si se dan las circunstancias adecuadas, ésta puede terminar por concretarse. Es decir, nos aclara que primero es la gallina y luego el huevo, o al revés...

Greenspan dice lo siguiente:

  1. La subida de las bolsas de marzo a junio es la principal causa de mejora del entorno económico. Queda pues claro que, en la medida en que la actividad financiera supera con creces a la actividad económica "real", lo lógico es que sea aquella la que marque el rumbo de ésta, reforzando así, por otra parte, su carácter anticipatorio.
  2. Por tanto, ante la amenaza de recesión, cuanto más si de lo que hablamos es de una potencial depresión, nada mejor que tratar de crear el ambiente más favorable para que los dos principales activos privados, vivienda y valores, se aprecien: he de reconocer que atribuyo a los precios de las acciones un rol económico mayor que el común de los analistas. En mi opinión, no sólo actúan como indicadores adelantados de la actividad económica sino que contribuyen a la misma, actuando positivamente sobre el balance de ciudadanos y empresas. Mi hipótesis será sometida a escrutinio en el próximo año: si las bolsas vuelven a los mínimos, veremos los tan cacareados brotes verdes desvanecerse.
  3. El principal hándicap, a su juicio, para que la ilusión de recuperación se concrete es la falta de estabilización en el precio de la vivienda, el otro gran área de contribución al optimismo colectivo que oportunamente utilizó desde la Reserva Federal para sacar a Estados Unidos del pozo en el que se sumió tras el estallido de la burbuja puntocom y el atentado contra las Torres Gemelas.
  4. La economía afecta a las bolsas, es verdad. Pero una parte sustancial de su comportamiento se deriva de la innata propensión de los individuos a sumergirse en el pánico o en la euforia, sentimientos que terminan por tener vida propia y se convierten no en anticipos sino en causas del devenir económico que está por venir. ¿Os acordáis de aquello que os decía yo de la Economía como Estado de Ánimo?
  5. Si los mercados de valores continúan subiendo, mejorará la capitalización bursátil de las empresas y la solvencia de la banca, que podrá así aumentar su labor de financiación al sistema. Aumentará la riqueza y el consumo de los particulares y el crecimiento en el valor de los activos corporativos, en relación con su coste de reposición, incrementará la inversión societaria. Se reducirá el apalancamiento y terminarán por desaparecer las fuerzas deflacionarias que amenazan a la economía.

En estos momentos existen una gran división, en el mundo de los economistas, entre los que se aferran con uñas y dientes a la tesis de prueba superada y los que creen que aún nos queda un largo trecho por delante si nos atenemos a la miserable verdad incómoda en la que se desarrolla el día a día de muchos ciudadanos, compañías y hasta estados.

Yo estoy con los primeros, más que nada por mi optimismo pseudo-zapateril.

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